El pan de cada dia

Recuerdo los días de escuela, la secundaria por supuesto, cuando levantarse para cumplir con la religiosa tarea de ir a la escuela se empieza a tornar una rutina, tan rutinaria que, da hasta pereza continuarla día a día. Odiaba el despertador, a los perros de los vecinos, el vecino que era químico farmacéutico, y alguna vez llegue a pensar que por aquel entonces ya habría contribuido anonimamente a la ciencia, por que juraría que habría hecho algún experimento mutante con sus canes, pues los susodichos cada día a las 5.00 am, puntualmente se le adelantaban a los gallos, haciendo tal escándalo que intimidaban a todos los gallos del barrio, enmudeciendolos. Pero entre la fauna urbana que tenia cerca a mi en esos días , había un personaje quien si era digno de admiración, compañero antiguo de una vecina de la casa continua, que tenia como mascota a Horacio, un pavo. No tenia nada de real, pero si creo que el pobre sufriría de una sordera crónica, pues era el único animal que jamas se inmutó con los ladridos escandalosos de los canes con complejo de gallo, que daban la hora en mis mañanas. Horacio tenia un fuerte complejo de aquellos relojes de pie antiguos de las películas en blanco y negro, ya que cada hora la anunciaba como pajarito de reloj Cu-Cu, solo que los pavos jamas dicen Cu-Cu, si no CooCooCoobruuujjjjooyyyy.

En casa, no hacíamos la excepción tampoco, habitaba como huésped ilustre una distinguidisima dama, con modales muy charmosos, y llamativo caminar con movimientos femeninamente seductores, con un gusto tan exclusivo digno de un refinado gourmet a la hora de alimentarse, su nombre: Bimba Cooper…bueno así figura en su inscripción del libro de vacunas que nos dieron cuando mi abuela y mis hermanos la llevamos a veterinario. Recuerdo aquel día, que en la Veterinaria, tenian un letrero en el consultorio tan ingenuamente diseñado, y con inmensas letras decía:

«El perro es el mejor amigo del Hombre», esa frase me impacto, me abrumó tanto el concepto que se me ocurrió preguntarle al veterinario:

Doctor, cuantos amigos tiene usted…!!!!

Muchos.….- me respondió.

Insatisfecho con su respuesta, pues me sentí que eso era muy difuso, yo quería saber cantidades, cifras, numero aproximado de amigos, entonces le replique:

Quiere decir que todos los perros que están afuera esperando, son sus amigos…?

Asi es…, todos los perros y los niños, también son mis amigos…!!!!! Por que las mascotas son como los niños, son el reflejo exacto de sus amos…..!!!! -Me dijo.

Pero lo único que logro con esa respuesta fue a enervar mas mi confusión, y en mi raciocinio llegue a concluir que tenia razón y que Bimba y yo teníamos algo en común: pánico a las inyecciones.

La disciplina familiar, inculcada por mi padre, pero celosamente vigilada por mi abuela, era inquebrantable, como buena mezcla sanguínea angloprusianolatinoinca-americana ( no es una ensalada, aunque parece?), en casa se escribía la palabra DISCIPLINA….así con mayúsculas. Teníamos un horario exacto y estricto para todo, para el desayuno, para el almuerzo, para ver televisión, para levantarse, para dormir, para estudiar, para banarnos…..bueno, allí si se jodió todo pues era un lío las peleas que armamos para banarnos y hacer uso de los servicios higiénicos….había un solo baño.

La tortura continuaba luego, pues teníamos equitativamente distribuidos los turnos diarios, para encargarse de la compra del pan. Cuanta responsabilidad de llevar el dinero casi siempre exacto (parte de la disciplina), y traer a casa sin mengua «el pan de cada día». Como yo era el mayor de mis hermanos, me tenían jodido con eso que debo de dar el ejemplo, y lo peor que mis hermanos se lo tomaban bien a pecho esto. Un día de aquellos, que me pase la noche la noche en vela y con voluntario insomnio, alucinando una romántica cena con Brook Shields, Bailando a la luz de la luna, y con ella diciéndome al oído que la tenia a sus pies…cerraba mis ojos, y efectivamente la sentía, pero la sentía algo caliente….y peluda …era Bimba, que se subía a mi cama y se echaba a dormir a mis pies. Al amanecer me levante sonámbulo y era mi turno de compra del desayuno, y casi inconsciente después de hacer la odiosa fila para llegar a la caja y pagar, para luego ir al balcón donde me despachaban mis panes, yo por apurado abrí mi bolsa y me distraje mirando a una llamativa jovencita que lucia atuendos muy ligeros para la hora, no solo yo se distrajo, el panadero también la radiografió (al mismo estilo de superman con la vista de rayos x) , y anonado sin darse cuenta se equivoco y puso los panes que no me pertenecían en mi bolsa.

La tragedia se escenificó en casa, cuando me percate que la ración estaba incompleta, y el pánico empezó a apoderarse de mi cuando quería adivinar el futuro y saber quien seria el desafortunado. Todos comieron sin reparos, yo miraba la fatídica bolsa cada minuto vaciarse mas, y de pronto al encontrarse vacía, sentí a tras mio la presencia humana de alguien.

Buenos Dias, Hijo….!!!! – era mi padre.

En ese preciso instante, quería desaparece, esfumarse, teletransportarme , volverme invisible, etc.

Mis panes ? – pregunto.

Me quede sin palabras, mire al techo a ver si las encontraba, miraba a los costados y a todos lados con una mueca de pavor que poco a poco me embargaba, buscaba la respuesta apropiada en las paredes, en el cuadro del comedor, en el estante de los libros, en el cual veía un tomo de Baldor (matemáticas, no servia eran números), unos libros de Vargas LLosa , Garcia Marques, la biblia y mi álbum de figurillas coleccionables del mundial de fútbol de Alemania 74.

Pero, tome aire, me llene de valor y con un arrojo torero, decidí encarar la situación como todo un varón. Y le dije a mi padre que fue culpa del panadero, y no fue mía.

Por la mueca irónica que me hizo mientras escuchaba mis relatos con aparente absoluta incredulidad, pues me había convertido instantáneamente en una suerte de orador pero muy virtuoso, no se como me salia cuanta verborrea de mis labios, pero mi súbita elocuencia fue un fracaso, no me creyó. Penso que habría perdido parte del dinero, y que por eso compre incompleto.

Mi castigo disciplinario, fue a pasar la vergüenza de que mis hermanos menores me vean como un incapaz, un irresponsable, un descuidado, un torpe despistado que fue capaz de perder parte del dinero con el cual me habían encomendado la sagrada misión de traer a nuestra mesa «el pan de cada día «. Y «lo peor» fue, que quede suspendido por dos semanas de ir a hacer la compra desayunadora (para mi fue como un premio).

En ese periodo de «suspensión» mis hermanos pusieron sus voces de reclamo airadamente por lo que ellos consideraban que no era justo. No es justo que yo me quede durmiendo mas, por que me suspendieran con goce de desayuno y encima yo no tendría que hacer la compra a la panadería. Y mientras yo disfrutaba de mis días de penitencia, notaba que corrían un aire conspirador entre el comportamiento de mis hermanos como si estarían tramando el complot perfecto contra mi. Yo le reste importancia pues era difícil que vuelva a la rutina panaderistica, pues eramos cuatro hermanos, y si uno no iría estaban los otros para suplirlo, en fin con única soberbia, muy sibestimante, descarte éxito en cualquier boicot que ellos podrían conseguir en contra de mi.

Al día siguiente, al despertarme tarde, empece a preguntar a que hora llega el pan que me muero de hambre, y observe en el calendario que le tocaba a mi hermano Roberto, pero mi cara cambio cuando mi mama me dijo que Roberto no fue a Comprar el pan por que la noche anterior se fue a casa de una tía a pasar todo el verano, entonces pedí que vaya Marcos, y mi madre me dijo que me olvide de el que amaneció con PAPERAS, y el doctor le dijo que tiene que entrar en cuarentena,………..entonces mandalo a Cesar, mi madre me dijo:

Como se te ocurre, el esta muy chiquito…que quieres que lo mande con un billete grande y le roben el cambio…..!!!

Se los dije que ellos lo tomaban todo bien a pecho, en fin para terminar, ese día me levantaron la restricción, y me conminaron por falta de quorum, la tediosa y exclusiva labor diaria de despertar mas temprano que todos, hacer la fila y pelear todos los días con los panaderos, y llevar el pan de cada día a la mesa de mi casa .

Y aquella fustrante primera mañana, que a regana dientes empece a desarrollar mi encomendada misión, me tropiezo justamente con dona Genoveba, la vieja mas cucufata del barrio ,que se me acerca con biblia en mano, y a quemarropa me pregunta:

quienes fueron nuestros primeros padres?

– Yo cegado por el sueno, trate de recordar el nombre de mis abuelos, bisabuelos y mis tatarabuelos……..y ella me irrumpió mis pensamientos replicando:

Adan y Eva.….

Obviamente, que me dio un sermón express de todo el rollo que aconteció en el paraíso, entre la culebra, las hojas de parra, los futuros dolores de parto de Eva ( confieso que aun creía en la cigüeña) y las rara especie de manzanas que le gustaba comer a Adan ……y lo peor fue es que me repitió como tres veces, la sentencia a la que fue sometido el infeliz de Adan:

Comeras el pan con el sudor de tu frente……!!!!!!

Desde aquel incidente, un día mi padre me felicito y me dijo que se sentía orgulloso de saber que asimile la lección con creces, con tantas creces que ahora todos los días siempre SOBRA MAS PAN EN LA MESA.

GONZALO COOPER

MAY/02/2010

4 comentarios

  1. mary luna victoria · May 18, 2010

    Mi querido Gonzalo no hay duda de que lo tuyo es la narrativa,felicitaciones!!!!!te aconsejaria escribir libros,

    • El Blog de Gonzalo Cooper · May 18, 2010

      Gracias Mary, la culpable de todo esto es Heidy que me impulso a llenarme de valor para decir lo que siento y pienso. Y obviamente el apoyo de ustedes que se toman la molestia de leerme, eso definitivamente es el mayor incentivo que tengo en esta parte de mi vida.
      gracias por soportar tanta tortura……..

  2. Isabel Patricia Arellano · May 11, 2010

    Mi querido Vargas Llosa….. ooops! digo Cooper Gross, que bonito escribes, mas que periodista, yo te aconsejaria escribir. El narrador de cuentos estreno su blog.

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